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Cheesecake de limón.
Esta cheesecake de limón será el postre perfecto para los más golosos. Es una tarta de queso que no necesita horno, solamente refrigeración para que cuaje correctamente.
Es una tarta suave y cremosa. El limón le aporta un toque de acidez que me encanta. Para que cuaje he usado cuajada, otras veces la he hecho con gelatina. El inconveniente de la gelatina es que hay que ser muy cuidadoso y metódico para que se nos diluya bien. Si no lo hacemos bien es fácil que nos encontremos bolitas de gelatina al comer la tarta, y esto es muy molesto, para mí por lo menos. Con cuajada me parece mucho más sencillo, y también creo que le aporta más cremosidad.
La receta que os traigo es para un molde de 18 centímetros de diámetro, pero la podéis adaptar a cualquier medida.
En el siguiente enlace tenéis la receta de cómo hacer otra tarta de queso, pero esta vez al horno.










